Miedo.

No es casualidad que sea una de las emociones que más se estimula en nuestra forma de vida actual, vivimos en una sociedad donde el miedo es el motor.

Completamos las emociones protectoras introduciendo a la reina del castillo.

El Miedo.

Esta emoción, de la que dependen en gran medida las otras dos emociones protectoras que hemos visto, el asco y la ira, está, por lo general, en un nivel mucho más alto del que podríamos considerar sano.

Si bien es una emoción beneficiosa para nuestro sistema, pues se ocupa de mantener nuestra biología a salvo de posibles peligros, en desequilibrio se convierte en un verdadero problema.

Cualquier emoción en desequilibrio es un problema, pero es especialmente relevante si se trata del miedo.

No es casualidad que sea una de las emociones que más se estimula en nuestra forma de vida actual, vivimos en una sociedad donde el miedo es el motor, nos meten miedo desde pequeños, desde la educación, la familia, las instituciones, los medios de comunicación.

Vivimos en la cultura del miedo.

¿Por qué?

Porque en una sociedad con miedo, conocerse a sí mismo no es una prioridad. Sobrevivir a tanto peligro se convierte en el único objetivo.

El miedo en desequilibrio es la emoción más paralizante.

Si todo en mi vida y a mi alrededor me parece peligroso, tiendo a no actuar.

Como vimos, la ira nos hace actuar antes de que el miedo nos paralice, y como también vimos, cuando el desequilibrio del sistema es tan alto que no queda energía, no podemos actuar.

El miedo está en exceso y la ira demonizada.

No hay más preguntas señoría.

Aunque si un apunte.

Te recordamos que más adelante profundizaremos en todos y cada uno de los temas de los que estamos hablando en los emails.

Cómo y cuándo podrás acceder a esa información te lo diremos por aquí cuando esté disponible.